Él estaba sentadito en un banco escueto, no tendría más de once años. Y leía, leía con fruición, pasando con delicadeza las páginas de un libro que habría tomado seguramente de una estantería. De repente, todo se detuvo a mi alrededor, contagiada por el concentrado recogimiento de aquel niño que en medio del caos consumista, simplemente leía, ajeno a todo, escuchando solamente la llamada de sus ganas de saber.
Aquel niño leyendo, en medio del hipermercado, se me presentó como una metáfora de lo difícil y de lo posible al mismo tiempo. Me hizo asombrarme de que aquello me pareciera insólito, algo extraordinario. Estamos en el primer mundo, donde es tan fácil conseguir cualquier libro y sin embargo muy poca gente lee, pensé. Dicen los estudiosos que porque no se educa en el placer de la lectura, a nuestros niños, a nuestros jóvenes, que cuando llegan a la universidad y el profesor les pregunta por los cinco últimos libros que han leído, apenas si saben balbucear un par de títulos, cuyo contenido son incapaces de resumir. Aquel niño leyendo, él solo, desmentía tan amargas constataciones. Me acordé de un precioso libro que me regaló un amigo entrañable: “Una historia de la lectura”, de Alberto Manguel, editado por Lumen en 2005, que me permito recomendar a algún lector que comprenda mis sentimientos. Bellamente ilustrado con imágenes donde se ve a gente leyendo de todas las épocas, nos viene a demostrar que no podríamos existir sin lectura, sin libros, pues nuestra historia se teje a base de los relatos, los pensamientos, los tratados, los sueños, los mundos inventados, que alguien alguna vez dejó escritos y alguien, como aquel niño, pudo leer.
Al final, las revoluciones que valen la pena son las que promueven que la gente sea más sabia, más culta, pensé mientras, unas cuantas estanterías atrás, el niño seguía leyendo.
Nada más dinámico que los números. Danza es su geometría y música su verbo. El…
La existencia de un continente en el Océano Atlántico está suficientemente aceptada, tanto desde el…
Ibn Hazm, filósofo cordobés se refería frecuentemente a la Filosofía como la ciencia y arte…
Visión filosófica Es realmente difícil responder categóricamente a la pregunta de qué es el tiempo.…
En el crimen, culmen de las conductas violentas, hay factores determinantes, condicionantes, endógenos y exógenos,…
Sabemos por escritores como Plinio el Viejo, Filón y Josefo que los esenios constituyeron una…