Salud. Medicina

Consejos para una vida más saludable

Higia era la diosa de la salud en Grecia. Hija de Asclepios, el dios de la medicina, conocía el secreto de las plantas curativas y de las condiciones de vida que alejaban la enfermedad.

Su mismo nombre indica que la higiene es la clave de la salud, y esta incluye el aire fresco, el agua, la alimentación y todas aquellas actividades que favorecen el desarrollo de una vida sana. La vuelta a la naturaleza, la respiración, el ejercicio físico y, en definitiva, los hábitos de vida saludable que propugnaba Higia tienen unos beneficios sobre nuestra calidad de vida que son inestimables.

He aquí pequeñas recomendaciones sobre lo que puedes hacer para mejorar tu vida:

  • Comienza por una buena higiene física: dúchate una vez al día y usa siempre ropa limpia. Lávate las manos después de ir al baño y antes de cualquier comida. Ten una buena higiene dental.
  • Trata de que tus comidas sean lo más naturales posibles, y que incluyan frutas y verduras en abundancia. Evita los alimentos excesivamente elaborados y los de alto contenido en grasas. Sé moderado en el alcohol y la cafeína. Evita el exceso de azúcar y de sal.
  • Come despacio y regularmente. Es preferible realizar tres o cuatro comidas ligeras a lo largo del día que realizar dos demasiadas pesadas.
  • Duerme entre siete y ocho horas al día. Es lo que necesita tu cuerpo para reponerse. Recuerda que la sensación de descanso o de cansancio que experimentamos al despertar depende mucho de nuestro estado psicológico al acostarnos.
  • Utiliza la respiración abdominal. Representa una buena medida preventiva para mantenernos en óptimas condiciones tanto físicas como mentales. Existe una prueba sencilla para comprobar si se respira correctamente con el diafragma. Consiste en colocar una mano en la parte superior del tórax y la otra en el abdomen. Si este se hincha y el estómago sobresale al inspirar, es señal de que se está respirando con el diafragma; por tanto, la respiración es correcta. Pero si solo se mueve la parte superior del tórax, la respiración es inadecuada.
  • El ejercicio es una de las formas más sencillas y efectivas de reducir las tensiones de la vida diaria. Cuando nos irritamos o nos surgen contratiempos que nos ponen de mal humor, el cuerpo genera una serie de sustancias potencialmente tóxicas que uno puede liberar mediante el ejercicio físico. La práctica el ejercicio es realmente buena porque reduce nuestros niveles de ansiedad. Además, la falta de ejercicio contribuye de forma importante a la aparición de enfermedades.
  • El masaje es uno de los métodos curativos más naturales. Aunque en nuestros días el masaje suele relacionarse con la práctica deportiva, no se caracteriza solo por estas aplicaciones, sino también por ser un relajante y aliviador de tensiones. Los masajes bien aplicados producen efectos muy positivos para la salud.
  • Los baños de mar resultan muy beneficiosos, pues calman el sistema nervioso y equilibran la circulación sanguínea.
  • La toma moderada de sol y el paseo al aire libre son buenos revitalizantes.
  • La música, para Platón, constituía una higiene mental indispensable. Y ya antes, Pitágoras consideraba que la música era la expresión de la armonía universal y que podía restablecer el equilibrio al ser escuchada. La música armónica, por ejemplo la clásica, puede ayudarnos a relajarnos y a mantener un estado de ánimo estable.
  • Ocúpate del cuidado de otros seres vivos, como plantas y animales domésticos.
  • Ríete con frecuencia. La risa es una emoción positiva y saludable, que produce efectos visibles sobre el cuerpo. Activa el proceso respiratorio. Ejerce un suave masaje sobre los músculos torácicos y el abdomen. Limpia las vías respiratorias. Equilibra el tono muscular, facilita la oxigenación cerebral y favorece el buen funcionamiento del sistema circulatorio.
  • Enciende la tele lo menos posible. Descubrirás la cantidad de tiempo libre del que dispones para dedicarte a leer, a pintar, a aprender a tocar un instrumento, a cantar, a bailar, a escribir, etc.
  • Ten siempre un pensamiento positivo. Existe una interrelación entre nuestro comportamiento y nuestro sistema inmunitario. Una actitud optimista y vital contribuye a mejorar el estado de salud, mientras que una negativa acelera el curso de la enfermedad.

¡Qué la diosa de la salud te proteja!

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