¿Atenas? Siglo V, c. 420 a. de C.
Según dice Ritter (Philosophie ancienne, t. I), puede dudarse de que conociera personalmente a Sócrates y, aun dado caso que le conociera, poca influencia debió ejercer su doctrina en la enseñanza socrática, cuando ni Jenofonte, ni Platón ni Aristóteles hablan de él.
Expuso Arquelao, según se infiere probablemente, la misma doctrina de Anaxágoras con ligeras variantes, y fue apellidado el Físico, quizá porque era el último representante de la escuela jónica o tal vez, como dice Diógenes Laercio, para distinguir su enseñanza de la de Sócrates, principalmente encaminada a la moral.
Concibe Arquelao el mundo según una dualidad muy semejante a la indicada por Anaxágoras con su distinción de los fenómenos y del Nous o inteligencia. A la separación de los elementos refiere Arquelao el nacimiento de los animales y de los hombres. Entiende que en los comienzos aire y fuego se separaron (o calor y frío, como dice Diógenes Laercio) y que, mediante la acción del fuego sobre el agua, la tierra formó una masa fangosa, que el aire resultó del agua por el movimiento y que de este modo la tierra se hallaba sostenida por el aire y el aire por el fuego. Creciendo la consistencia de la tierra mediante la acción del calor, se formó el reino animal por la mezcla del calor con la tierra fría y húmeda. El último y superior producto del limo de la tierra, como efecto de la energía espontánea de los elementos, fue el hombre. Todo aparece, pues, para Arquelao producido por la separación de los elementos, de lo cual procede su concepción mecánica, que, aplicada a la idea moral, le lleva necesariamente a pensar que «lo justo y lo injusto no son sentimientos naturales, sino efecto de la ley y de la convención».
En resumen: según Arquelao el elemento primordial habría sido una niebla aérea de la cual, las cosas se formaron por rarefacción y condensación.
Fue el primero que dijo que «la voz es la percusión del aire. Que el mar se contiene en las entrañas de la tierra, por cuyas venas va como colado. Que el sol es el mayor de los astros. Y que el Universo no tiene límites».
Parece que con Arquelao termina la escuela jónica, algunas de sus opiniones influirían más tarde en los sofistas, y que la resultante final de esta evolución del pensamiento, aparte el concepto mecánico, consiste en la afirmación de un dualismo, que aunque ideado o supuesto como inferior y segundo respecto a un principio unitario e hipotético, viene a ser, en fin de cuenta, la base fundamental de toda concepción filosófica.
Extraído de Vida de filósofos ilustres
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