Atenas, s. V – IV a. de C.

Simón de Atenas, fue de oficio correero. Siempre que Sócrates venía a su lugar de trabajo y discurría de alguna cosa, apuntaba Simón cuanto se le había quedado en la memoria. Por esto sus diálogos se llaman «Correaje».

Cuentan que Simón fue el primero que esparció la doctrina de Sócrates por medio de sus discursos. Exhortándole Pericles a que se viniese a vivir con él, prometiéndole mantenerlo, respondió que «no pensaba cautivar su libertad».

Sus diálogos forman un total de treinta y tres, unidos en un libro, cuyos títulos son: De los dioses, De lo bueno, De lo honesto y qué cosa sea, De lo justo, dos diálogos, Que la virtud no es enseñable, De la fortaleza, o sea, De lo varonil, tres diálogos, De la ley, Del gobierno del pueblo, Del honor, De la poesía, De la buena constitución del cuerpo, Del amor, De la Filosofía, De la Ciencia, De la Música, De la poesía , Qué cosa sea lo bello, De la enseñanza, De la conversación, Del juicio, Del ente, Del número, De la solicitud, Del obrar, Del avaro, De la jactancia, De lo honesto. A éstos se añaden: Del dar consejo, De la racionalidad o aptitud, y Del maleficio.

Extraído de Vida de filósofos ilustres