Februarius o la purificación

En la antigua Roma el mes de febrero era un periodo de pasaje entre el año viejo y el nacimiento del nuevo, periodo de caos en el cual todo se mezclaba.

Las Saturnalias fueron ceremonias arcaicas que desde el largo periodo de invierno, el periodo oscuro del almanaque de los pueblos indoeuropeos, a través de ritos de purificación anunciaban la renovación del cosmos, la Primavera.

Después de la creación propia del mes de enero, las Saturnalias asumieron la función de las festividades que anunciaban la renovación del año antes del solsticio, aunque se celebraban también otros rituales en el pasaje sin nombre entre enero y febrero.

Macrobio relaciona la etimología de “februarius” con los rituales de purificación. Februare en latín significa sudar, purificar, expiar, y Macrobio recuerda que Numa había consagrado este mes al dios Februus. Durante este mes se debía purificar la ciudad y celebrar los rituales fúnebres para los Manes. En cada periodo de pasaje del año se establecía contacto con el mundo infernal donde los muertos exigen sus ceremonias.

El carnaval

En la antigua Roma el carnaval era un conjunto estructurado de costumbres y fiestas.

En latín, el “dies festus” se dedicaba a los dioses, a las ceremonias religiosas y a las “costumbres alegres”.

El primer núcleo de este conjunto estaba constituido por las Saturnalias. La Iglesia Católica propuso la fecha tradicional porque era demasiado cercana a Navidad; la nueva fecha recayó en el 17 de enero.

En la antigua Roma el año empezaba con la lunación de marzo. El 27 de febrero se celebraban las Equirria, que se repetían el día 14 de marzo; consistían en carreras de caballos en el circo de Alejandro, o en el Campo de Marte.

Las carreras de caballos tenían también otro significado en la época imperial, debido a la influencia de la religión caldea; el anfiteatro era el símbolo de la Tierra; las doce puertas de los establos eran las doce constelaciones, las siete vueltas de pista, la órbita de los siete planetas. Los actuales carros de los desfiles de Carnaval siguen siendo muy similares a los carros que en los anfiteatros romanos de la Roma imperial eran el símbolo del pasaje de los planetas en el cielo hacia la primavera.

También destacan las festividades llamadas lupercalias por estas fechas, cuyo elemento central consistía en correr de manera desenfrenada. Los sacerdotes salios saltaban ritualmente en las calles de Roma el primer día de marzo para propiciar al dios de la guerra.

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