Siracusa, Sicilia, s. IV a. de C.
Su amo quedo convencido de que Mónimo estaba loco.
Se entregó por completo a la verdad dejando de lado de lado las opiniones comunes a los hombres de su época. Escribió algunas poesías jocosas y dos libros: » De los apetitos o pasiones» y «Exhortaciones». Sobre él, solo se conserva el fragmento de Menandro reproducido por Diógenes Laercio.
Fue tan constante en la filosofía, su forma de vida, que, despreciando la gloria mundana, anhelaba solo la verdad.
Extraído de Vida de filósofos ilustres
El clima de desconcierto espiritual que caracteriza la Era Contemporánea, unido a una fuerte atracción…
Para estudiar el mundo antiguo es necesario profundizar algunos conceptos que marcaban el proceder del…
Con un título tan lacónico voy a juntar en un mismo vaso dos líquidos inmiscibles,…
Grande habrá sido la impresión del rey Felipe II cuando vio por primera vez la…
“2:9 Dios el Señor hizo que creciera toda clase de árboles hermosos, los cuales daban…
El premio Nobel, Ilya Prigogine, hacía la siguiente afirmación: “la naturaleza del universo es de…