Pensar el futuro
Autor: M.ª Dolores F.-Fígares
Vivimos tan sometidos por las urgencias que nos impone el presente que apenas si nos queda tiempo para sobrevolar por encima de las circunstancias y mirar más allá, tratando de avistar qué nos depara el tiempo que aún no ha transcurrido. Con una especie de infantil insensatez, preferimos ignorar que inexorablemente se van a ir produciendo cambios y que el espejismo de nuestra seguridad transitoria podría desvanecerse.
Si hacemos caso a los avances que nos proporcionan quienes se dedican a otear el horizonte, buscando las señales de advertencia que emite el futuro, mucho más cercano de lo que podamos suponer, tenemos que deducir que haríamos bien en prepararnos un poco, pues las perspectivas no parecen halagüeñas en ningún sentido. Una simple mirada a las noticias que nos depara la actualidad nos permite advertir la dirección que van tomando los acontecimientos y reconocer que, como ya se venía anunciando desde hace decenios, cada vez con más claridad se detectan los signos de medievalización de nuestras sociedades, por calificar de alguna manera los cambios que se están produciendo cada vez con mayor rapidez, con mayor claridad.
La filosofía viene en nuestra ayuda, a la hora de enfocar de manera equilibrada nuestra postura ante ese futuro que se nos presenta incierto e inestable, pues, a través de la Historia, se han experimentado fórmulas eficaces para atravesar con éxito los tiempos turbulentos y nos ofrece los medios para adoptar esas actitudes que nos van a permitir salir adelante, sabiendo encontrar las causas de los fenómenos que se producen a nuestro alrededor. Estamos hablando de una filosofía para la vida, no un ejercicio intelectual teorético, con el que tan a menudo se confunde al eterno amor a la sabiduría que encierra su significado.
En nuestros cursos y actividades, nosotros invitamos a todos los que se hacen preguntas a que indaguen por sí mismos las respuestas que ofrece la filosofía atemporal, para comprender el futuro que nos depara el tiempo y actuar en consecuencia, para mantener siempre la iniciativa y no vernos arrastrados por los acontecimientos como les suele ocurrir a los que se olvidan de pensar.
M.ª DOLORES F.-FÍGARES
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