Como cae de las nubes la nieve o el helado granizo,
a impulso del Bóreas, nacido en el éter;
tan rápida y presurosa volaba la ligera Iris.

Canto XV de la Ilíada

En el panteón griego se encuentra la diosa Iris, de un origen bastante arcaico, pues ya figura en la Ilíada donde Homero utiliza el nombre de Iris no solo para referirse a la diosa, sino que también denomina así al arco iris o Arco de Iris. Ella es la contraparte del dios Hermes y en la Ilíada aparece como mensajera de los dioses, la que une cielo y tierra -o dioses y hombres-, siendo Hermes el que no aparece como mensajero. Sin embargo, en la Odisea, el mensajero es Hermes e Isis no aparece.

La etimología del nombre Iris deriva del verbo «eire», anunciar, pues es la que anuncia los mensajes de los Dioses. La genealogía de la diosa por línea paterna la hace hija del dios marino Taumate y por tanto nieta de Ponto (el mar) y Gea (la tierra), símbolo muy apropiado a su naturaleza, capaz de unificar diferentes elementos. Por la parte materna, Iris desciende directamente de los poderosos titanes Océano y Tetis. A su vez es sobrina de Nereo y Doris, hermana de las Harpías, y prima de las Gorgonas y de las Nereidas. Su madre es Electra, la ninfa oceánida que parió a la veloz Iris y a las Harpías de hermosos cabellos. Este origen marino, en Grecia se interpretaba como correspondiente a muchos fenómenos celestes.

En la Ilíada aparece como servidora de Zeus y de Hera y, bajo sus órdenes, pasa Iris de un extremo al otro del mundo, desde lo más alto del Olimpo a lo más profundo del abismo submarino. Simboliza la velocidad y su tarea era cortar el cabello a las mujeres que iban a morir. En la Ilíada, Homero la menciona por primera vez como diosa, pero su origen es mucho más arcaico por su propia genealogía, como se ha visto más arriba. Iris está entre la primera y la segunda generación de dioses y, lo mismo que Hermes, son ambos muy antiguos.

En la Teogonía de Hesíodo se cita como la hija de Taumante, como dijimos, y como la Celerípeda que en latín se refiere a que tiene pies ligeros. Es la diosa veloz, por lo que se la llamó también Crisopteros -que en griego significa que tiene alas de oro- y vuela como mensajera divina sobre el vasto mar para evitar las disputas o rivalidades entre los dioses. Iris busca a lo lejos, con una jarra de oro como dice su himno, una famosa ola que desciende, muy fría, desde la cima de la roca, siendo en realidad el agua de la laguna Estigia, que es el agua con que hacen los dioses sus juramentos, pues ella es la que produce el olvido y la pérdida de conciencia a los hombres, aunque esto sería una versión muy humana, ya que los dioses no necesitan del olvido.

Según algunos mitos, hay dioses que son castigados, como Heracles que, para purificarse, tuvo que realizar los 12 trabajos para una persona de rango inferior a él, y así conquistó el Olimpo.

Iris es una diosa que viene del Norte, con el viento Bóreas. Ella trae las tormentas y viaja tan rápido que produce los huracanes y las corrientes de aire. Es una diosa plástica, toma la forma humana y bajo su disfraz le hace llegar noticias y augurios a la Humanidad. En la Ilíada se puede leer: “Iris la de los pies rápidos como el viento, dócil a la voz de Zeus, desciende del Ida (del monte Ida) hacia los campos sagrados de Ilión. Como cae desde lo alto de las nubes bajo el soplo helado de Bóreas -que es el viento helado del Norte, la nieve helada o el granizo-, así vuela rápida llena de impaciencia la ligera Iris”.

Iris, como enviada y cómplice de Zeus, es incondicional al padre del Olimpo, y también sirve a Hera por ser esposa de Zeus y Señora de los pactos. Un ejemplo de esa fidelidad es cuando ayuda a Aquiles, abatido por la muerte de Patroclo, reavivando los vientos para que la pira donde se quemaba el cuerpo del héroe ardiera más rápido y así evitar tanto sufrimiento a Aquiles.

No hay esculturas de la diosa, se la representa en pinturas con alas grandes y en algunas ocasiones con un caduceo, como una forma femenina que presenta los mismos atributos de Hermes. También aparece con el arco iris, ya que este arco de siete colores se ve después de los grandes temporales. Puede a veces ser confundida con la diosa Niké, la diosa de la Victoria que, en época tardía, toma formas de Iris. En algunas imágenes porta una canastilla con flores y frutos.

Iris es siempre una doncella celeste muy deshumanizada, como Artemisa, no se sabe de ella ninguna aventura amorosa, es una virgen con un carácter indómito. A veces se relaciona a Iris con Eos, la diosa de la Aurora, porque Iris es muy rápida, como el Alba, y otras veces el Alba se oculta en Iris. El amanecer, esa hora intermedia, que tiene un poco de noche y un poco de día, es también la hora que se relaciona con Hermes.

En época tardía, casi ya en época romana, se le atribuye como marido a Céfiro, el viento. De Iris y Céfiro nacería Eros, el Amor, por lo que, en este caso, Iris sería la madre del Amor.

En el frontis del Partenón, la diosa que acompaña a Hera se creía que era Niké, pero recientes estudios demuestran que es Iris, pues Iris es la fiel servidora de Hera, señora de los pactos. Zeus llama a Iris cuando algún dios se rebela, y a Hera le gusta Iris porque es la diosa que trae buenas noticias.

Iris pasa como una ráfaga de nieve con colores brillantes y representa el poder fecundador de la Humanidad. Según el autor romano Servinus, el arco iris no es Iris en sí, sino un camino. Es el camino que une el cielo y la tierra, que une los contrarios, lo subterráneo y lo celeste. Iris es la diosa de los siete colores, es como una escalera celeste, pues, bien integrados los siete colores dan el blanco, la luz blanca y transparente, con la que los seres humanos pueden ver con claridad el camino que indica Iris de unión de contrarios.

En la capital de las islas Cícladas, Delos, se le rendía culto a la diosa Iris. Ese era el centro del mundo marino, como Delfos era el centro del mundo continental dentro del imaginario griego. Delos era la tierra de Artemisa y Apolo, y en el culto a Iris se le ofrecían galletas de miel, cereales e higos secos.

En el Museo del Louvre se encuentra un vaso donde se representa a la diosa Iris con todos sus atributos: el caduceo, los pies alados y un pañuelo al viento que recuerda la idea de Kairos por lo súbito, lo rápido y lo pasajero. Se relaciona también con los fenómenos meteorológicos, por su proximidad con Zeus.

En la Metamorfosis de Ovidio aparece Iris cuando la ira de Júpiter envía el diluvio y dice:

“La mensajera de Juno, de variados colores vestida, concibe, Iris, aguas, y alimentos a las nubes allega: póstranse los sembrados, y llorados por los colonos sus votos yacen, y perece el trabajo frustrado de un largo año.”

En su comedia Los pájaros, Aristófanes se refiere a la joven diosa alada como una paloma temerosa.

Iris representa también el poder de lo invisible. Ofrece al hombre la posibilidad de integrar todos los colores sin quedarse en uno solo, incluyendo en su punto de vista todos los matices del arco iris e integrando así los opuestos para conseguir la luz blanca trascendente que le permite llegar a la Unidad. Esa es la fortaleza de Iris, marcar el camino para pasar de lo intrascendente a lo trascendente, de las sombras a la Luz.

 

Bibliografía

J.C. Escobedo. Enciclopedia completa de la mitología. Editorial De Vecchi SA. Barcelona 1972.

F.C Yarza. Diccionario de Mitología D. Mateos S.A. Madrid 1991.

Fernando Schwarz. Sobre la diosa Iris. Curso del I. I. Hermes 2013.